
López Albújar escoge la modalidad realista y coloca en el primer plano al indio como personaje. Pero no lo trata de manera paternalista como había ocurrido en el pasado, sino de manera más objetiva, resaltando su humanidad, sus virtudes y sus vicios.
Se ha dicho que López Albújar tiene la visión deformada del juez que sólo conoce a los indios sentados en el banquillo de los acusados. El reproche tiene fundamento si pensamos que los acusados son una mínima porción del mundo indígena, pero lo tiene menos si pensamos que esa es la parcela de la realidad que escogió López Albújar y que era al fin y al cabo, la que conocía.
Por eso tal vez, a diferencia de otros novelistas, en la obra de López Albújar, no es la fuerza de la naturaleza, ni la opresión de los indios, los asuntos que aparecen en primer plano: es la psicología de los personajes, la naturaleza trágica de los acontecimientos, lo que presenta el texto.
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